Luis M. Sanz, Adolfo Fernández, Francisco Campos,
Manuel Pereto y Pilar González.
Delegaciones de Madrid, Valencia y Aragón
El psicólogo educativo tiene como objeto la
intervención en el comportamiento humano en situaciones educativas.
El objetivo de esta área de la psicología educativa es desarrollar las capacidades educativas en las personas,
grupos, instituciones y comunidades sociales, entendiéndose educación en el
sentido más amplio de formación y desarrollo personal, colectivo y social.
Los psicólogos educativos trabajan en los distintos sectores y etapas de
la educación: Educación infantil, educación primaria, necesidades educativas
especiales, enseñanzas secundarias, enseñanzas técnicos profesionales,
educación superior, educación de adultos, y sistemas educativos no formales e
informales.
Los psicólogos educativos utilizan técnicas y
procedimientos propios de la intervención psicoeducativa, pero también comparen
sistemas y modelos con los otros sectores de la Psicología como, por ejemplo,
análisis organizacional con Psicología de las organizaciones, algunas técnicas
de evaluación, modelos y programas concretos de Psicología de la Salud, la
prevención socieducativa con Psicología de la Intervención social, etc.
Como indica BARDON (1976) al respecto de la Psicología
Educativa:
«... es tal vez la única especialidad en Psicología que
toma seriamente en consideración de forma simultánea casi todas las prácticas
actuales en Psicología, en educación y en otros campos relacionados. Por
ejemplo, está implicada en la elaboración de orientaciones de competencias y
criteriales para el entrenamiento y la práctica. Está implica en las técnicas
de evaluación y de intervención prestadas de la Psicología Clínica
(psicodiagnóstico tradicional, psicoterapia y modificación de conducta); de la
orientación psicológica (orientación no directiva, orientación vocacional); de
la Psicología de las organizaciones (análisis de sistemas y evaluación de
sistemas)
Los psicólogos efectúan las funciones antes
señaladas bien individualmente, bien en el marco de un proyecto
interdisciplinar junto a otros profesionales.
Las formas de actuación del psicólogo educativo
pueden ser directas, si la intervención actúa directamente sobre el sujeto
(individuo, grupo, institución, comunidad) o indirectas, en que la intervención
se efectúa a través de agentes educativos (educadores, familias, organización,
comunidad...), mediante procedimientos de formación, asesoramiento, etc. La
mayoría de las intervenciones pueden realizarse directa o indirectamente y aún,
más frecuentemente, como una combinación de ambas formas.
En este sentido, aunque refiriéndose a la educación
formal, MORENO (1989) comenta:
«En esta perspectiva las funciones del psicólogo
educativo se canalizan a través de cuatro direcciones básicamente. En primer
lugar, a la institución educativa -técnicas organizacionales, departamento de
orientación, disciplina, entorno ambiental y desarrollo... En segundo lugar, a
los profesores -técnicas preventivas, delimitación de proceso de aprendizaje,
conocimientos en Psicología del desarrollo... En tercer lugar a los padres
-relaciones padres-centro, comprensión y conocimiento de sus hijos, adquisición
de habilidades, formación como terapeutas... Por último, al alumno -promover la
salud mental, servicios de consistorio, dirección y evaluación de paquetes de
intervención, facilitar las relaciones sociales y el funcionamiento de los
grupos ... ».
Independientemente de la forma eje intervención en
cualquiera de los sectores y etapas citados o en los que pudieran desarrollarse,
parece consensuado que el psicólogo educativo interviene con un procedimiento
que al menos salvaguarda las siguientes fases:
1. Análisis de la demanda/necesidades.
2. Valoración de la situación.
3. Intervención.
4. Evaluación del proceso.
La interacción entre las formas de intervención, los
sectores en que se implanta y el procedimiento han originado diversos modelos de intervención que
han ido evolucionando debido a numerosos factores (la demanda social, el
desarrollo de la educación, el avance científico de la Psicología, la
progresiva presencia institucional de los psicólogos en el campo educativo,
etc.). Evidentemente no es posible definir un único modelo de intervención que
recoja todas las situaciones existentes y las que muy probablemente se
desarrollarán, pero si señalar unas características mínimas que cualquier
modelo debe garantizar.
1. Que en la medida de lo posible se intervenga en
todos los ámbitos de actuación (sujeto, grupo, institución...).
2. Que contemple la priorización de actuaciones de tipo
preventivo.
3. Que permita la coordinación entre servicios
pertinentes.
4. Que se mueva en una perspectiva socio comunitario
5. Que potencie la normalización.
6. Que permita su evaluación y confirmación.
7. Que, entre otros países, se muestre el más
eficiente.
BIBLIOGRAFIA
Bardon, J.L.:
The state of the art (and science) of school psychology. En American Psychologist, 31, 785-791
(Citado en Coll, 1989), 1976.
Coll, C.: Psicología académica y
Psicología profesional en el campo de la educación. En Anuario de Psicología,
41, 51-73, 1989.
Esteban, A.: Escuela y Psicología.
Sevilla, Alfar, 1991.
Fernández Barroso, A.: Funciones de
psicólogo de la educación. En La Intervención profesional de los psicólogos de
la educación (mesa redonda). II Congreso del Colegio Oficial de Psicólogos.
Valencia, 1990.
Moreno, M.: Psicología de la
intervención educativa y sistema de enseñanza. En Encuentros en Psicología, 14,
3-8. Andalucía Occidental, 1989.
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